Los precios de compraventa en continuo descenso, las condiciones propicias en el mercado hipotecario, y unas rentas de alquiler, que pese al descenso, siguen doblando la mensualidad media que supone el pago de un prestamo bancario, hacen que resulte más rentable a día de hoy, meterse en la compra de una vivienda en propiedad que recurrir al arrendamiento, datos que se recogen en un informe de la primera mitad del año 2021 sobre el mercado de la vivienda presentado por Tecnocasa y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

En el primer semestre del año, según el informe, el precio de la vivienda usada ha descendido un 1,43% en tasa interanual, con cuatro semestres en negativo. El descenso se inició en la segunda mitad de 2019 con un retroceso del 2,1%, manteniéndose en el 2020, y entre enero y junio del presente ejercicio. Por lo que los precios de la vivienda en España están en un 34,31% por debajo de finales de 2006.

El precio más común de préstamo hipotecario oscila entre 400 y 450 euros, según el tipo de crédito, considerablemente inferior a los 600-800 euros mensuales que cuesta más de la mitad del alquiler en España. Por lo que, pese a la crisis económica, y al abaratamiento de los alquileres con caídas de hasta el 10%, el esfuerzo mensual está entre el 30-35% de los ingresos del hipotecado, pasando a dominar el mercado las hipotecas de interés fijo, debido a la evolución del euríbor y a una mayor preocupación por la estabilidad.

Esto está ayudando también a la recuperación del mercado, con un nuevo boom que se mantendría al menos dos años. El escaso exceso de oferta, la buena disposición de la banca para conceder hipotecas y los bajos tipos de interés explican que la caída del mercado fue menos drástica de lo que se esperaba, y la recuperación se esté acelerando.

La caída de los inversores se ha debido a las discusiones sobre el control de los alquileres, y la alarma social sobre las okupaciones y las dificultades que existían para recuperar el inmueble.

El 80% de los inquilinos sufre "estrés financiero" medio o alto, ya que destinan más del 30% de sus ingresos a pagar el alquiler, a pesar de tener trabajos cualificados, estudios superiores o univeritarios. Una de cada dos mudanzas es un "deshaucio invisible" ya que se sienten expulsados, ya sea porque la vivienda está en condiciones deficientes, el propietario no quiere renovar el contrato de alquiler o porque no pueden hacer frente al incremento de la renta.

fuente: cincodias.elpais.com

03 de Septiembre del 2021

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